lunes, noviembre 19, 2007

DEDICADO CON ESPECIAL CARIÑO PARA MIS AMIGAS

Caroline es una mujer muy atractiva de cuarenta y tantos años, divorciada, con dos hijos independientes y universitarios. Es una mujer que aprendió a nutrir su alma. Tiene un cabello precioso y la sonrisa más sincera que he visto nunca. Nos conocimos mientras trabajábamos en un proyecto, y me gustó porque es una persona feliz. Moverse por el mundo de Caroline es una experiencia enriquecedora. Para ella nadie es un extraño. Es amigable y cariñosa con todo el mundo: con recepcionistas, camareros, la persona de adelante del cine, etc. Una noche, durante una cena, le comenté que tenía suerte en el amor, porque mil hombres matarían por ella. Ella rió con suavidad y me dijo:" pero ninguno lo hace", comentó que no era cuestión de suerte y me contó su historia.Años atrás pasó dos experiencias amargas: la primera, su separación de un hombre celoso y posesivo, que la dejó malgastada emocionalmente, sobre todo en autoestima. Nunca tenía su propio espacio ni sus propias decisiones. El segundo hecho fue la presencia de un bulto extraño en su pecho. "Creí que me había llegado la hora -me contó-. Aquello podía ser el fin. Toda mi infelicidad salió a la superficie, me sentí realmente afortunada cuando me dijeron que no era un cáncer, pero decidí que no iba a vivir mi vida igual hasta entonces.". "La Navidad se acercaba. Las navidades anteriores me había sentido desesperada y muy sola. Aunque mis hijos estaban al pendiente, ellos ya tienen sus asuntos. Había asistido a tantas fiestas como había podido en busca del amor. Quería a alguien que me quisiera, que me diera todo el amor que yo me daba a mi misma. Así que acudí a una fiesta, recorrí el lugar buscando a mi hombre perfecto y como no estaba ahí, pasaba a otra. Así de fiesta en fiesta, regresé a casa sintiéndome desesperada y más sola que al principio.""¡Esta Navidad no¡¡ me dije. Tenía que haber otra manera de hacer las cosas. Resolví dar amor y ser amada. Tomé la determinación de dejar de buscar. Saldría, pero aunque no encontrara a ese hombre perfecto, seguro que conocería personas maravillosas con quien podría charlar y me divertiría. Iría con la intención de que me gustaran y quererlas por ser quienes eran. Tal vez pienses que el final de la historia es que lo encontré. Pero no fue así. Sin embargo, al terminar la noche ya no me sentía tan sola ni desesperada porque hablé con el corazón a las personas que conocí. Todas las sonrisas que esbocé fueron sinceras. Todo el amor que sentí fue auténtico y pasé una noche fantástica. Recibí amor de los demás, y para mi sorpresa, me gusté a mi misma mucho más. Continué portándome así no sólo en fiestas, sino en todos lados: en el trabajo, en las tiendas...cuanto más amor daba, más recibía. Ahora soy más amiga de mis amigas que nunca y he conocido gente maravillosa. Me he convertido en una persona más feliz, alguien con quien los demás desean estar. Ya no estoy desesperada, ya no busco. Siento el amor todos los días. El amor de pareja es hermoso, pero no es el único tipo de amor: están los padres, la familia....los hijos. Nos han comprado con la idea de que el amor romántico es lo único que nos hace felices. Cuando llegue el momento de tener una relación, esa persona especial aparecerá. Especial, no perfecta. No hay nada de malo en querer una pareja para compartir vida, pero es diferente a necesitar una relación para sentirse completo. Mientras ese alguien llega merecemos amor tal como somos, por nosotros mismos. Cuando llegue el hombre que no me asfixie con sus celos, te aviso".Caroline me dejó con la boca abierta. Mientras hablaba se veía realmente bella, sus ojos irradiaban un brillo especial. Quizá ese brillo fue el que cautivó al hombre que ahora está más que enamorado de mi amiga...

Fragmento del Libro Lecciones de vida Elisabeth Kubler-Rose y David Kessler























1 comentario:

Isabel Burriel dijo...

Me he sentido parcialmente reflejada. Me admira la cantidad de formas que hay de enfrentarse a la vida, a lo bueno y a lo malo.
Un beso!